martes, 11 de noviembre de 2008

CRONICA DE UN CAMBIO Y REVANCHA ANUNCIADOS

Julio Arturo COUOH

SAN DIEGO.— “Hay una casa en Nueva Orleáns. La llaman el sol naciente. Es la ruina de muchos niños pobres y yo soy uno de ellos… Le he llorado a mi padre a través del teléfono, ¿cuánto tiempo más?.... “ (Jobson, Richard; Adamson, Stuart)
La temporada de 2006 se caracterizó por la partida de Drew Brees. Fue uno de los “migrantes” que dejaron el sueño sandieguino para dirigirse hasta el otro extremo, hasta la costa del Golfo, después de que el gerente de los Cargadores, AJ Smith prefiriera quedarse con Philip Rivers, al haberle dado un ultimátum por adelantado en 2004.
La historia ya todos la conocen, aunque muchos esperábamos que en Miami se vieran las caras el propio Brees y Rivers. Las circunstancias cambiaron, aunque acabarían por verse el número 9 de los Santos y el 21 de San Diego, LaDainian Tomlinson, durante la entrega del trofeo “Walter Payton” al Hombre del Año.
“Ambos hicimos un pacto, consistente en que después de ser campeones, alguno de nosotros partiría de este equipo, las cosas no se dieron, aunque a veces pienso que Dios siempre tiene un plan para nosotros y ese plan era que él (Brees) estuviera en Nueva Orleáns para ayudar a la gente que sufrió durante el huracán”, recordaría Tomlinson.
Un año después, en Arizona, Brees estaba de regreso pero no para jugar el duelo por el Trofeo Lombardi, sino para ser parte del anuncio en el que los Santos y los Cargadores visitarían la legendaria “catedral” de Wembley para enfrentarse en un episodio más de la Serie Internacional.
Esta era una revancha anunciada, una revancha de la que se hablaba aunque no con los mismos ecos que rodeaban el “camara-gate”, previo al encuentro en el que los Patriotas de Nueva Inglaterra perderían el invicto en contra de los Gigantes de Nueva York en Glendale.
Brees envió una postdata con 339 yardas y 3 viajes hacia la zona de anotación en Londres frente a muchos aficionados de los electrizantes que portaban sombreros charros y también frente a la propia franquicia que lo dejó ir a finales de la temporada de 2005.

Período critico

Luego de este resultado, San Diego se encuentra nuevamente entre la espada y la pared, con una marca de sólo 3 triunfos y 5 derrotas, aunadas a largos viajes para librar sus compromisos en la Costa Este y, desde luego, en Europa.
Ahora, la directiva de los Cargadores tuvo que implementar una decisión sumamente radical: deshacerse de su coordinador defensivo, Ted Cotrell y promover a Ron Rivera, a quien muchos consideraban como el “as” bajo la manga.
Rivera, caracterizado por el manejo de defensivas bajo esquema 4-3, y con el que los Osos de Chicago llegaron al Super Bowl XLI, experimentó en año y medio una transición obligada al sumarse a las filas del equipo del rayo como entrenador de apoyadores.
Lo cierto ahora, es que justo a la mitad de la temporada, San Diego busca que este relevo pueda darles al menos una segunda vuelta decorosa en la que puedan pelear ya no por el liderato de la División del Oeste en la Conferencia Americana, sino por poder calificar a la postemporada.
“Promover a Rivera a una nueva posición no es solamente una oportunidad para que los Cargadores reviertan una tendencia nada favorable en la actual temporada”, señala el ahora columnista de ESPN, Bill Williamson.
“Esta es una gran oportunidad para que Rivera figure de nueva cuenta como un candidato para ser entrenador en jefe en la NFL”, agregó en uno de los primeros reportes que se dieron justo al regreso del equipo del rayo del Reino Unido.
Hace dos años Rivera era uno de los hombres más buscados en cuanto a las entrevistas con otras franquicias en busca de entrenador. Después de las temporadas de 2005 y 2006 Rivera fue entrevistado para ocho posiciones diversas, aunque al final no acabaría al frente de ningún equipo.

Semana de descanso
Los Cargadores no tuvieron su tradicional práctica de media semana, tal y como es costumbre cada miércoles en el que se preparan desde temprano con un sesión de gimnasio, los ejercicios de estiramiento y calistenia para posteriormente pasar a los aspectos tácticos.
En lugar de la prolongada actividad, el equipo optó por una reunión completa para afinar detalles en torno a los cambios que se dieron, especialmente en el terreno defensivo.
Posteriormente vendría la sesión de pesas y un trote intenso alrededor del campo en Murphy Canyon, para posteriormente dar atención a medios de comunicación en los vestidores.
La práctica completa fue cambiada para el jueves, pero al medio día, acortando tiempos principalmente debido a que este fin de semana el equipo del rayo descansa al tener la llamada “bye week” o semana libre en el calendario.
Este momento, dijo el entrenador Norv Turner, fue el idóneo para poder hacer el cambio en el terreno defensivo, ya que la promoción de Rivera servirá para los ajustes correspondientes antes de su próximo compromiso en casa, pero en contra de los Jefes de Kansas City.
“Después del encuentro tuvimos muchas discusiones”, mencionó Turner. “Teníamos que tomar una decisión basada en lo que era lo mejor para el equipo, hacia dónde debíamos enfocarnos, hacia dónde íbamos y esto es finalmente lo que hicimos”.
El entrenador en jefe de los eléctricos aseguró que esta fue una decisión suya y no de la gerencia general. San Diego se encuentra clasificado actualmente en la posición número 32 en toda la liga en cuanto a defensiva contra el pase, al considerar que han permitido un total de 195 puntos.

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